lunes, 8 de junio de 2009

La otra cara de la Cirugía Plástica



La imagen desfigurada que se aprecia existe, es una mujer de 48 años de edad llamada Hang Mioku. Debido al impacto que causó la cirugía en la apariencia física, decidió mudarse a Japón donde desde los 28 años se ha practicado decenas de operaciones, especialmente en el rostro. Pasó el tiempo y el rostro se le fue alargando y desfigurando por lo que los ciruganos le negaron operarla.
No obstante, Hang Mioku al regresar a su país Corea encontró un cirujano que aceptó administrarle inyecciones de silicón, y además le brindo una jeringa especial, y silicón, para que ella pudiera administrárselo, llegado el momento ese silicón se acabo, y ella comenzó a administrarse aceite de concina, lo que causo una desfiguración permanente de su rostro.
Esta mujer tenía un desorden psicológico a pesar de lo deforme que estaba su rostro ella observaba en el espejo otra imagen y a más cirugías sería bella, un concepto totalmente equivocado que poco a poco la fue destruyendo.
Como se puede divisar todo en exceso es malo y conlleva a consecuencias desastrozas.




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